Por Ricardo Bustos
La mamá se enteró que su hija estaba embarazada recién a los seis meses y medio, cuando fueron a hacer la ficha médica. Según relata, «Se me vino el mundo abajo. Es una fecha que la tengo marcada a fuego. Me costó mucho aceptar la situación; lloraba todo el tiempo. La miraba y no lo podía creer, tan chiquita”, su hija es una niña que fue mamá a los 12 años.
Hoy rodeada de toda su familia (que ahora si le presta atención) sostiene en sus brazos a su beba de dos meses. De un día para otro dejó sus juegos y diversiones de niña para convertirse en precoz madre.
En el año 2013 un informe producido por la División de Información y Relaciones Externas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), indicaba que todos los días 20 mil niñas de menos de 18 años dan a luz en países en desarrollo. El mismo informe plantea que América latina y el Caribe es la única región donde los partos en niñas de menos de 15 años aumentaron, y se prevé que sigan en ascenso hasta 2030.
Como no tenemos estadísticas actualizadas, debemos remontarnos al año 2012. En Argentina, según las últimas Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación, los nacimientos en menores de 15 años fueron más de tres mil. En madres de 15 a 19 años, la cifra trepó a más de 111.200.
La Doctora Marcela Moriena, integrante del «Programa de Atención Integral del Adolescente de la Maternidad Provincial» de Córdoba, dijo que las adolescentes se embaracen, y sobre todo a temprana edad, se debe a que está fallando algo previo. En general son pacientes que no están escolarizadas o no tienen objetivos de vida claros. Eso es lo que hace que se nos dificulte disminuir esta tasa de embarazos no deseados. Porque el 90 por ciento de esos embarazos no son buscados, en otras palabras, lo que se vislumbra es una problemática básicamente social y educativa».
Por su parte, para Mariana Butinoff, de la Consejería en Derecho Sexual y Reproductivo que depende del Programa Género de la Secretaria de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba, “el embarazo en adolescente es problemático porque muchas de las mujeres se embarazan en la primera relación sexual, lo cual significa que esa joven inicia su relación sin tener las herramientas para tomar decisiones sobre su futuro. En este sentido es un problema”.
A su vez, Gladys Ponte, ginecóloga e integrante del Departamento de Salud Reproductiva de la Maternidad Nacional, apunta que el embarazo adolescente es el producto de políticas no aplicadas anteriormente, siendo este un déficit bastante significativo. “Existe una Ley de Educación Sexual Integral (ley 26.150), pero la vigencia no es plena. Algunas escuelas la toman y otras no. Este sería un buen elemento para advertir a los adolescentes de cuáles son los riesgos”.
En otro orden, el Doctor Carlos López, titular de la Segunda Cátedra de Ginecología de la Universidad Nacional de Córdoba, considera que al adolescente en general le resulta dificultoso manejar la sexualidad. “Hay muchos cambios socioculturales en cuanto a libertad de acción que favorecen el embarazo, como las salidas nocturnas desde muy chicos”.
Para el Fondo de Población de las Naciones Unidas, los embarazos en adolescentes son la consecuencia de un conjunto de factores que interactúan, como la pobreza generalizada y los esfuerzos inadecuados para mantener a las niñas en la escuela.
La psicoanalista Ana Rozenbaum, especialista en niñez y adolescencia, sostiene que una adolescente no tiene su aparato psíquico preparado para enfrentar un embarazo. Hay un salto que no está en condiciones de asumir y a veces hace un esfuerzo tremendo para hacerlo. “En el caso de las chicas, dejan de vivir una etapa de su adolescencia para convertirse en madres cuando aún no terminaron su tiempo de vida de hijas. Se ven coartadas en su desarrollo habitual, dejan de salir a bailar, de reunirse con amigos. Hay un impacto muy importante, pero cada caso es singular. Para peor, lo que se observa muchas veces son cambios regresivos; en vez de parecer más maduras, parecen más infantiles, o demuestran una madurez en exceso o un gran apego a su propia madre, entre otras conductas, los padres tienen que ser tolerantes y compañeros en esta etapa. Lo más importante es poder transmitirle que hay un cambio de identidad, ya que pasa de ser hija a ser madre. Es fundamental remarcarlo porque a veces se la hace responsable del bebé a la madre (abuela) como si fuera una hermanita/o y no como un hijo”.
Los especialistas advierten que para desterrar el embarazo de adolescente se requieren campañas permanentes en los medios de comunicación.
La Ley de Educación Sexual Integral, promulgada en 2006, estipula que debe haber al menos una campaña anual. “Pero no se hizo nunca en 10 años.
Argentina dispone de un marco legislativo favorable para garantizar el derecho de los adolescentes a acceder al sistema de salud en forma autónoma, sin obligación de acompañamiento de un adulto y en el marco del respeto de la confidencialidad. Ello está establecido por las leyes 26.061 y 25.673.
La implementación de un programa de educación sexual integral en las escuelas, establecido por la ley 26.150, y el derecho a la educación a las adolescentes durante el embarazo y lactancia también estarían garantizados por las leyes 25.808 y 25.273. Sin embargo, son muy pocas las escuelas que están instrumentando la Ley de Educación Sexual Integral. Hay una necesidad imperiosa de instalar lo que establece la ley desde pequeños, ya que las edades de las adolescentes que están teniendo hijos son 13, 14, 15 años.
(Fuentes: Fondo de Población de las Naciones Unidas,( UNFPA) (La Voz del interior-Córdoba)
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556